La primera Navidad fue muy pequeña, pero muy grande. María, José y el Niño nos enseñan que no importa lo que uno tenga, cuando se quiere, cualquier lugar es bueno para unir a todo el genero humano. Los reyes y los pobres pastores, que no se juntaban nunca, fueron familia en el pesebre de Nazaret. Si uno se decide a dar el primer paso para compartir los dones que posee, toda la realidad se transforma.
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