La revolución y sus principios están promovidos por sólidas motivaciones de amor.
La solidaridad, el promover el bienestar del prójimo antes que el propio, es amor.
La empatía, el verse reflejado en los problemas de los demás, es amor.
El no quedarse de brazos cruzados, sino hacer esfuerzos por solucionar los males que aquejan al mundo, es amor.
El dar una limosna para apaciguar
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