Autor/es: Maximiliano A. Heusser
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Dios nuestro, confesamos nuestra dificultad para ser constantes en la oración, desatendiendo ese diálogo profundo que nos invitas a tener.
Perdónanos, Dios de amor.
Dios nuestro, confesamos que en muchas oportunidades, como el juez injusto, pretendemos no escuchar a las personas o a los grupos que reclaman pidiendo justicia.
Perdónanos, Dios de amor.
Dios nuestro, confesamos que muchas veces actuamos bien, pero no porque así se deben hacer las cosas, sino porque buscamos nuestro propio beneficio.
Perdónanos, Dios de amor.
Dios nuestro, confesamos nuestro interés pasajero y nuestra falta de perseverancia en aquellas causas justas que nos invitas a defender.
Perdónanos, Dios de amor.
Dios nuestro, confesamos que en ocasiones pretendemos identificarnos con la viuda del relato del Evangelio y te pedimos por cualquier cosa, perdiendo de vista que ella reclama solamente justicia.
Perdónanos, Dios de amor.
Nos confesamos y te pedimos perdón en el nombre de Jesús, el Cristo, nuestro Salvador,
Amén.
P. Maximiliano A. Heusser
Lucas, Viuda, Juez, Injusticia, Oración