Autor/es: Cristina Dinoto
Visto: 1384 veces
La marea ya se retiraba,
Las olas cada vez rompían más lejos
sólo algo de espuma llegaba hasta mis pies
hasta que sólo quedó la arena húmeda.
Apenas amanecía,
las primeras luces fueron ganando lugar a la noche
el cielo se iba poniendo rosado
y en esa inmensidad, sólo yo estaba.
El sol se iba estirando, como abriéndose paso
allá en el horizonte, entre cielo y mar.
las gaviotas comenzaron volar y a llamarse por sus nombres
para asegurarse que ninguna se perdió en la noche.
Protagonista y testigo de tu promesa cumplida:
“habrá invierno y verano y días con sus noches”
Acá yo, siendo único actor ante este mar inmenso
de este nuevo amanecer.
Cantemos al Señor un canto nuevo,
porque nuevo es su día y nuevo es su amor.
Cantemos al Señor un canto nuevo
porque el día nuevo ya nació.
Cristina Dinoto