Autor/es: Teófilo Cabestrer
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Aquí les envío los textos de introducción a las cuatro semanas del Adviento, tomadas del libro "Adviento para los hombres de hoy" de Teófilo Cabestro.
PRIMERA SEMANA
Históricamente, la espera no ha dejado de guiar, como una antorcha, los progresos de nuestra fe. Los israelitas fueron perpetuos “expectantes” y también los primeros cristianos. Porque la navidad, que debería al parecer, haber invertido nuestras miradas y controlarlas sobre el pasado, no ha hecho sino llevarlas todavía más adelante. Aparecido un instante entre nosotros, el Mesías no se dejó ver y tocar sino para perderse de nuevo, más luminoso y más inefable, en las profundidades del futuro. Vino. Pero ahora debemos esperarle de nuevo, no ya un grupo elegido tan sólo, sino todos los hombres y más que nunca. El Señor Jesús no vendrá rápidamente más que si le esperamos mucho. Lo que hará estallar la parusía es una acumulación de deseos.
P. Teilhard de Chardin
SEGUNDA SEMANA
Moría la noche palidecían las estrellas. De repente, la piedra filosofal de la luz matutina lo tiñó todo de oro. Un clamoreo corrió de boca en boca: “¡El heraldo, el heraldo!”.
Bajé la cabeza y pregunté: “¿Viene ya?”.
De todas partes parecía que estallaba el “¡sí!” de la respuesta.
El pensamiento, atormentado, decía: “¡No está todavía la cúpula de mi palacio! ¡Nada está en regla!”.
Vino una voz del cielo: “¡Derriba tu palacio!”.
“¿Por qué?”, preguntó el Pensamiento.
“Porque hoy es el día del Advenimiento, y tu palacio estorba el paso”.
Rabindranath Tagore
TERCERA SEMANA
Nadie ha nacido para ser esclavo. A nadie le gusta padecer injusticias, humillaciones, represiones. Una criatura humana condenada a vivir en una situación infrahumana se paree a un animal –un buey, un asno- que se revuelca en el barro.
Pero el egoísmo de algunos grupos privilegiados encierra a multitud de seres humanos en esa condición infrahumana, donde padecen represiones, humillaciones, injusticias viviendo sin ninguna esperanza, con todas las características de los esclavos.
Esta violencia instalada, institucionalizada, esta violencia número uno atraerá a la violencia número dos: la revolución, o de los oprimidos, o de la juventud decidida a luchar por un mundo más justo y más humano.
Helder Cámara
CUARTA SEMANA
El alto palacio yace en tierra. Todo está derramado y roto.
El Pensamiento miró a su alrededor. Pero, ¿qué es lo que había que ver? Sólo la estrella de la mañana y el lirio fresco del rocío. ¿Y qué más? Un niño que corre, riendo, de los brazos de su madre a la luz abierta.
¿Y para esto fue para lo que dijeron que era el día del Advenimiento?
Sí, por esto dijeron que había música en el aire y luz en el cielo.
¿Y pedían toda la tierra sólo para esto?
Sí –respondió alguien-. Pensamiento, tú levantas muros para encerrarte tus siervos trabajan para esclavizarte pero toda la tierra y el espacio infinito son para el niño, para la vida nueva.
Y ese niño, ¿qué te trae?
Esperanza para todo el mundo, y alegría.
Rabindranath Tagore
Aporte de Eusebio Lizarralde
semana, pensamiento, pero, niño, sólo